El título de esta pieza juega con la palabra anglosajona “nightmare” (pesadilla), proponiendo una lectura opuesta de su significado. La idea de pesadilla remite a oscuridad, pesantez, miedos. Aquí la propuesta “site specific” es realizar una escultura colgante compuesta por faros de coches que iluminan de modo múltiple la oscuridad.
La pieza, que funciona a modo de gran lámpara, invita a elevar la mirada hacia la luz, a subir las escaleras y observar su tridimensionalidad desde diferentes perspectivas y ángulos. Un faro complejo que guía el recorrido e introduce al espectador en el concepto de “Breogan Experience”.
Los distintos faros, con sus formas caprichosas y diseños funcionales, se descontextualizan para transformarse en una sola forma tan contundente como orgánica. Las múltiples parábolas especulares reflejan, como si fuese un cristal tallado, el entorno donde se ubica deformando hacia la fantasía. Dichos brillos y reflejos, remiten a la idea de gran joya, piedra preciosa, luminosidad. Estas sensaciones se relacionan, en un sentido con los valores tradicionales del objeto de lujo, prestigio, status, valor; sin embargo en “Lightmare” los faros de los coches están presentes como símbolo de distinción creando una visualidad que da forma al propio sentido de los mismos. Unas piezas sencillas dentro de la estructura de un vehículo, pero que adquieren su identidad especial como obras de diseño, ingeniería y precisión, acercando el arte a la ciencia para un mejor futuro sostenible. La forma y la función al servicio de la belleza.